Un informe del ISCIII revisa la situación de la difteria en España
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09/03/2022
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El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), a través de un equipo formado por investigadores del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y del Centro Nacional de Microbiología (CNM), ha publicado un informe sobre la situación de la difteria en España, enmarcado en el trabajo de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE). El documento, que lleva por título 'Características microbiológicas, clínicas y epidemiológicas de las cepas de C. diphtheriae, C. belfantii, C. rouxii y C. ulcerans identificadas en España, 2014-2020', está coordinada por Josefa Masa Calles, epidemióloga del CNE, y está elaborado por Despina Pampaka, Noemí López-Perea, Marta Soler Soneira (investigadoras del CNE), Silvia Herrera León, Andreas Hoefer y Laura Herrera León (investigadoras del CNM).
- Acceso al informe completo
La difteria es una enfermedad grave prevenible con la vacuna, que protege de manera muy efectiva. En España la vacunación de difteria se introdujo en la década de 1960 y, gracias al alto nivel de inmunidad alcanzado entre la población, ahora es una enfermedad infrecuente. En España la vigilancia microbiológica y epidemiológica de la difteria se lleva a cabo en la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), coordinada por el ISCIII desde el CNE y el CNM.
Diferentes especies de Corynebacterium, las bacterias que a través de la generación de ciertas toxinas causan la difteria, siguen circulando de forma endémica en muchas zonas del mundo, por lo que es posible que lleguen a las zonas donde la difteria ha desaparecido; algunas especies zoonóticas (que pueden infectar a diferentes especies animales) pueden llevar la enfermedad a humanos, por lo que se necesita una vigilancia coordinada a escala animal y humana. Se trata del primer informe en el que se detallan los resultados de vigilancia obtenidos tras la actualización del protocolo de vigilancia de difteria en 2013 adaptado a las definiciones de la Unión Europea (UE).
La vigilancia de difteria se basa en la notificación de casos, la investigación de las cepas de Corynebacterium en el laboratorio y la respuesta de salud pública frente a la identificación de cepas toxigénicas capaces de transmitir la enfermedad. El documento señala que la vigilancia necesita adaptarse a la realidad clínica y epidemiológica de la enfermedad, y que en zonas en las que la difteria es esporádica, como en España, es necesaria una vigilancia sensible y específica.
El informe ahora publicado presenta las características clínicas, epidemiológicas y microbiológicas de las cepas de Corynebacterium diphtheriae, C. belfantii, C. rouxii y C. ulcerans, tanto toxigénicas como no toxigénicos, identificadas en el CNM, y describe los 10 casos de difteria notificados a la RENAVE entre 2014 y 2020. En total se han analizado 46 aislados de las especies de Corynebacterium potencialmente toxigénicas: 26 se clasificaron como C. diphtheriae (7 toxigénicas); 14 como C. belfantii, 5 como C. ulcerans (3 toxigénicas) y uno como C. rouxii; además, una cepa de C. diphtheriae se clasificó como portadora del gen de la toxina pero sin capacidad para expresar toxigenicidad.
Con respecto a la edad de los pacientes en los que se aislaron cepas toxigénicas y no toxigénicas, varía entre 1 y 89 años y el 60,8% (28/46) eran hombres. En cuanto a la presentación clínica, para todas las cepas analizadas el síntoma más frecuente fueron las lesiones cutáneas, seguidas de problemas respiratorios, con osteomielitis -infección en los huesos y endocarditis -inflamación cardiaca- como síntomas menos comunes.
De los 10 casos de difteria toxigénica notificados, siete estaban producidos por C. diphtheriae toxigénico (cuatro de ellas de localización cutánea y tres con síntomas respiratorios, entre ellos una difteria grave en un niño no vacunado que falleció). De los tres casos producidos por C. ulcerans, dos tenían localización cutánea y otro tenía clínica respiratoria leve. El 78,6% de las cepas de Corynebacterium aisladas mostraron resistencia a la penicilina, mientras que el 100% se mostraron sensibles al tratamiento con eritromicina. Gracias a los estudios de secuenciación genómica se ha podido determinar que no hay clones específicos circulantes.
Las autoras destacan la importancia de mantener altas las coberturas de vacunación para fortalecer la inmunidad de la población frente a la difteria, cumpliendo siempre con las dosis del Calendario común de vacunación para toda la vida recomendado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Para la vacunación contra la difteria se recomienda administrar tres dosis de vacuna en el primer año de vida, y dosis de recuerdo en la infancia, en la adolescencia, y en torno a los 65 años de edad. La vacunación de personas que viajan a zonas endémicas y de trabajadores sanitarios es especialmente importante.
El informe señala también la importancia de reforzar el conocimiento de los profesionales de la medicina asistencial, la epidemiología y la microbiología para identificar, notificar, aislar, confirmar en el laboratorio y realizar el estudio de contactos de los pacientes con sospecha clínica de difteria.
La difteria es una enfermedad grave prevenible con la vacuna, que protege de manera muy efectiva. En España la vacunación de difteria se introdujo en la década de 1960 y, gracias al alto nivel de inmunidad alcanzado entre la población, ahora es una enfermedad infrecuente. En España la vigilancia microbiológica y epidemiológica de la difteria se lleva a cabo en la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), coordinada por el ISCIII desde el CNE y el CNM.
Diferentes especies de Corynebacterium, las bacterias que a través de la generación de ciertas toxinas causan la difteria, siguen circulando de forma endémica en muchas zonas del mundo, por lo que es posible que lleguen a las zonas donde la difteria ha desaparecido; algunas especies zoonóticas (que pueden infectar a diferentes especies animales) pueden llevar la enfermedad a humanos, por lo que se necesita una vigilancia coordinada a escala animal y humana. Se trata del primer informe en el que se detallan los resultados de vigilancia obtenidos tras la actualización del protocolo de vigilancia de difteria en 2013 adaptado a las definiciones de la Unión Europea (UE).
La vigilancia de difteria se basa en la notificación de casos, la investigación de las cepas de Corynebacterium en el laboratorio y la respuesta de salud pública frente a la identificación de cepas toxigénicas capaces de transmitir la enfermedad. El documento señala que la vigilancia necesita adaptarse a la realidad clínica y epidemiológica de la enfermedad, y que en zonas en las que la difteria es esporádica, como en España, es necesaria una vigilancia sensible y específica.
Análisis de datos e importancia de la vacunación
El informe ahora publicado presenta las características clínicas, epidemiológicas y microbiológicas de las cepas de Corynebacterium diphtheriae, C. belfantii, C. rouxii y C. ulcerans, tanto toxigénicas como no toxigénicos, identificadas en el CNM, y describe los 10 casos de difteria notificados a la RENAVE entre 2014 y 2020. En total se han analizado 46 aislados de las especies de Corynebacterium potencialmente toxigénicas: 26 se clasificaron como C. diphtheriae (7 toxigénicas); 14 como C. belfantii, 5 como C. ulcerans (3 toxigénicas) y uno como C. rouxii; además, una cepa de C. diphtheriae se clasificó como portadora del gen de la toxina pero sin capacidad para expresar toxigenicidad.
Con respecto a la edad de los pacientes en los que se aislaron cepas toxigénicas y no toxigénicas, varía entre 1 y 89 años y el 60,8% (28/46) eran hombres. En cuanto a la presentación clínica, para todas las cepas analizadas el síntoma más frecuente fueron las lesiones cutáneas, seguidas de problemas respiratorios, con osteomielitis -infección en los huesos y endocarditis -inflamación cardiaca- como síntomas menos comunes.
De los 10 casos de difteria toxigénica notificados, siete estaban producidos por C. diphtheriae toxigénico (cuatro de ellas de localización cutánea y tres con síntomas respiratorios, entre ellos una difteria grave en un niño no vacunado que falleció). De los tres casos producidos por C. ulcerans, dos tenían localización cutánea y otro tenía clínica respiratoria leve. El 78,6% de las cepas de Corynebacterium aisladas mostraron resistencia a la penicilina, mientras que el 100% se mostraron sensibles al tratamiento con eritromicina. Gracias a los estudios de secuenciación genómica se ha podido determinar que no hay clones específicos circulantes.
Las autoras destacan la importancia de mantener altas las coberturas de vacunación para fortalecer la inmunidad de la población frente a la difteria, cumpliendo siempre con las dosis del Calendario común de vacunación para toda la vida recomendado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Para la vacunación contra la difteria se recomienda administrar tres dosis de vacuna en el primer año de vida, y dosis de recuerdo en la infancia, en la adolescencia, y en torno a los 65 años de edad. La vacunación de personas que viajan a zonas endémicas y de trabajadores sanitarios es especialmente importante.
El informe señala también la importancia de reforzar el conocimiento de los profesionales de la medicina asistencial, la epidemiología y la microbiología para identificar, notificar, aislar, confirmar en el laboratorio y realizar el estudio de contactos de los pacientes con sospecha clínica de difteria.
• Referencia del informe: Centro Nacional de Microbiología. Centro Nacional de Epidemiología. CIBERESP. Situación de la difteria en España. Características microbiológicas, clínicas y epidemiológicas de las cepas de C. diphtheriae, C. belfantii, C. rouxii y C. ulcerans identificadas en España, 2014-2020. Instituto de Salud Carlos III. Madrid, octubre 2021.